115- Las garras del Namib, Sossusvlei | NAMIBIA
Sus últimos años habían sido buenos y tranquilos. Apacibles. Provincianos. Aburridos.
Sus últimos años habían sido buenos y tranquilos. Apacibles. Provincianos. Aburridos.
En la ventana hay un mundo cubierto de trazos azules, grises, anaranjados y blancos. Renoir, Monet, Van Gogh nuestro que estás en el cielo…
La Tradición Wayúu de la muerte está llena de rituales, de enterramientos, desenterramientos y nuevos enterramientos, de comidas familiares en el cementerio regadas de chicha, chirrinchi, whisky y niñas vírgenes, puras, encargadas de juntar los huesos.
Nuestro método infalible para encontrar buenos lugares ha sido perdernos. Si quieres vivir una aventura, si quieres entrar en contacto con la gente, sal a la ruta sin un buen mapa. Tendrás que preguntar…
Dice que ella es una mona blanca de ojos azules y tú, ¡jaja ja jaja! –continúa partiéndose de risa mientras me señala -¡tú eres un mono blanco con barba de chivo!
– ¿Estás loco? ¿Cómo van a ir a Colombia? Allá te secuestran, está lleno de traficantes, hay guerrilleros y paramilitares, es muy peligroso… ¿No ves las noticias?
Hace unos días alcanzamos el punto más al norte de las rutas sudamericanas. Bueno, en este caso, senderos de arena y tierra poco recomendados para vehículos que no sean 4×4.
Casa, la furgo, rota en medio del Sahara sudanés. Y allí, a trescientos cincuenta kilómetros de Jartum, sin teléfono, sin ruta, sin embajada, sin automóvil club. Y la abuela que nos pregunta ¿cuál es tu tribu?
Hoy, 20 de junio, se cumplen 9 años desde que partimos de Barcelona para dar la vuelta al mundo en… 4 años. Es así, llegamos tarde.
Solo buenas películas de viaje.