261- Lugares para conocer antes de morir: Museo de Naves Espaciales de la NASA | ESTADOS UNIDOS
Si tuviera hijos no los llevaría a Disneylandia, los llevaría al Museo de Naves Espaciales de la NASA
Si tuviera hijos no los llevaría a Disneylandia, los llevaría al Museo de Naves Espaciales de la NASA
A Nueva Orleans hay que vivirla antes de morir. Sobre todo, antes de que cambie.
El paisaje desde el kayak es salvaje, brutal, mangles retorcidos que zigzaguean en todas las direcciones dejando abierto un túnel que a veces no es más grande que una cloaca pequeña.
Bienvenidos a Nueva Orleans, el Titanic de tierra firme, donde la música sigue aunque se acerque el próximo huracán.
Me siento tremendamente orgulloso de mi castellano, que mezcla palabras argentinas, españolas, catalanas, chilenas, peruanas, venezolanas, colombianas y mexicanas. Y, por más que mi inglés sea bastante bueno después de tantos años en la ruta, siempre prefiero hablar en mi idioma.
‘¿Qué harías si encontrásemos a un par de migrantes por aquí, camino del norte, en el desierto?’ me preguntó Anna una de esas tardes en el Parque Nacional del Big Bend, mientras tejía una nueva pulsera de hilo para vender en Estados Unidos. Durante la noche anterior habíamos escuchado chapoteos, algún par de ladridos y nuevamente silencio.
Alguien había robado el libro del medio, el que contaba la historia detallada de la Tierra, y nadie se había dado cuenta.
Estos tips sirven para todos, pero principalmente para aquellos que viajan sobre cuatro ruedas, en furgoneta, todo terreno, coche o limousine.
Ciertas cosas no hay que pensarlas. Hay que hacerlas.
Casi nunca tenemos una idea clara de adónde nos dirigimos, de dónde vamos a dormir. Doce años después de atravesar el desierto de Wadi Rumm, en Jordania, el destino sigue siendo una sorpresa.