279- Seguridad en Ruta: Cómo proteger tu casa con ruedas
©Pablo Rey. Publicada en la revista Overland Journal, número de Invierno 2014.
Después de 15 años recorriendo el mundo en su furgoneta 4×4, Pablo Rey nos da unos cuantos consejos importantes para no terminar en calzoncillos en mitad de un viaje.
La ruta es un lugar donde tienes que estar preparado para que te ocurra lo inesperado. Los ladrones no te avisan cuándo van a ir a visitarte, los militares no publican el kilómetro dónde están haciendo un control y las averías suelen tener la mala costumbre de presentarse de repente, en el peor lugar. Casi siempre, lejos. Más de una vez imaginamos cómo reaccionaríamos ante un asalto a mano armada o frente a un policía que se inventa una infracción para sacarte dinero. Y más de una vez, nos equivocamos. Cada vez reaccionamos de forma completamente distinta.
Cuando nos asaltaron en Brasil con un cuchillo de pescador que tenía una hoja de 40 centímetros no vinieron de frente. Aparecieron desde atrás y, en lugar de amenazarme con enviarme al infierno, lo apoyaron directamente en mi garganta. Deberían haber dicho algo, ‘dame tu dinero’, ‘dame la cámara’, ‘dame las llaves de tu 4×4’, ‘sácate la ropa’, pero no dijeron nada. Y en una décima de segundo, antes incluso que pudiera pensar cuál sería la reacción adecuada, agarré la hoja afilada con la mano y me eché hacia atrás. Fue puro instinto de supervivencia. Anna, que salió de la furgoneta con un spray de pimienta, no solo roció a los asaltantes, sino que también me roció a mí. Algo que nunca estuvo en los planes, por lo menos en los míos. Y después de forcejear durante un tiempo que pareció eterno, en lugar de alejar el cuchillo de mi cuerpo terminé acercándolo de vuelta a mi cuello. Fue lo único que se me ocurrió para conseguir morder su brazo y desarmarlo.
Es una situación extrema, cosas que ocurren casi una sola vez en la vida, malas historias que olvidamos cuando hacemos balance y las comparamos con la emoción de vivir en la ruta. Por supuesto, se pueden minimizar los riesgos evitando zonas conflictivas, conduciendo solo de día, viajando por asfalto, llevando un guía o usando tu todo terreno para ir solo al supermercado.
Pero si te vas de viaje y quieres vivir la aventura de tu vida, antes que nada, tienes que prepararte para que te ocurra lo inesperado. Te lo aseguro, no hay nada tan aburrido como que todo salga siempre bien.
UNA CASA SOBRE RUEDAS
Una de las preocupaciones más comunes del viajero, si no la más importante, es la seguridad del vehículo. El mundo no es un sitio donde impere la justicia y, en muchos países donde el ingreso mensual de una familia se acerca a los 200 o 300 dólares, un 4×4 preparado para un largo viaje es ser tan tentador como el escaparate de una dulcería. Tu vehículo no es solo una máquina o un medio de transporte; es tu casa, tu base, es un compañero de viaje que a veces tiene un humor extraño. Tarde o temprano mantendrás conversaciones con él, lo maldecirás y lo insultarás. Pero tienes que protegerlo.
A pesar de que se pueda viajar en cualquier vehículo (tengo amigos que están dando la vuelta al mundo en un ¡Graham Paige de 1928!, y otros que han viajado de Argentina a México en ¡un Citroen 3CV!), nosotros habíamos marcado una línea clara: debía ser un todo terreno con motor diésel de 4 cilindros para que el consumo de combustible no fuera demasiado elevado. Deberíamos poder dormir dentro, no en el techo, ya que sería muy difícil saltar al asiento del piloto y escapar si sufríamos una agresión durante la noche. En ese entonces sabíamos muy poco de mecánica y no nos preocupaba la marca del vehículo, aunque es un dato importantísimo: en caso de avería ¿podré conseguir los recambios en la zona que voy a estar recorriendo?
Una de las medidas de seguridad más económicas y probablemente más efectivas son los candados en las puertas. Su función es esencial: los ladrones, al ver que su trabajo será más difícil de lo habitual, suelen buscar una presa más fácil. No es el único sistema de seguridad que llevamos para proteger nuestra casa con ruedas. También tenemos una traba de volante y una alarma instalada en Sudáfrica que quizás sería hora de cambiar. Nunca es una mala idea llevar una caja de seguridad (estilo Tuffy, por ejemplo) donde guardar el equipo importante: dinero de reserva, documentos, ordenador o cámaras. La caja debe estar escondida o bien anclada al suelo, y cerrada con un par de buenos candados en un sitio que no sea de fácil acceso. Y si todavía quieres ir más lejos, quítale la cerradura a la puerta más cercana, para que solo la puedas abrir desde adentro.
Las ventanas son otra tentación para los aficionados a llevarse lo que no es suyo. No solo son muy fáciles de romper, sino que también se ve lo que tienes. Y eso no está bien. Originalmente nuestra furgoneta tenía 10 ventanas, demasiadas para un viaje alrededor del mundo. Por eso decidimos anular cuatro con planchas de aluminio (un buen sitio donde poner la dirección de tu página web o el mapa con tu recorrido) y tintar otras tres. Solo el parabrisas y las dos ventanas delanteras quedaron transparentes.
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El Libro de la Independencia. ISBN 978-84-616-9037-4
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Pablo Rey (Buenos Aires) y Anna Callau (Barcelona) viajan por el mundo desde el año 2000 en una furgoneta Mitsubishi Delica L300 4×4 llamada La Cucaracha. En estos años veinte años de movimiento constante consiguieron un máster en el arte de sobrevivir y resolver problemas (policías corruptos y roturas de motor en el Sáhara, por ejemplo) en lugares lejanos.
Durante tres años recorrieron Oriente Próximo y África, de El Cairo a Ciudad del Cabo; estuvieron 7 años por toda Sudamérica y otros 7 años explorando casi cada rincón de América Central y Norteamérica. En el camino cruzaron el Océano Atlántico Sur en un barco de pesca, descendieron un río del Amazonas en una balsa de troncos y caminaron entre leones y elefantes armados con un cuchillo suizo.
En los últimos años comenzaron a viajar a pie (Pirineos entre el Mediterráneo y el Océano Atlántico, 2 meses) y en motocicleta (Asia) con el menor equipaje posible. Participan en ferias del libro y de viaje de todo el mundo, y dan charlas y conferencias en escuelas, universidades, museos y centros culturales. Pablo ha escrito tres libros en castellano (uno ya se consigue en inglés) y muchas historias para revistas de viaje y todo terreno como Overland Journal (Estados Unidos) y Lonely Planet (España).
¿Cuándo terminará el viaje? El viaje no termina, el viaje es la vida.
Hola Pablo, un saludo. Soy de Venezuela, quiero irme en mi vehículo desde Venezuela hasta Argentina. Teniendo en cuenta los problemas de inseguridad tengo pensado llevarme mis dos perros, están entrenados como perros de protección. El problema es que no se que documentos debo presentar en cada frontera, ya que en internet he podido conseguir información de importación de caninos pero solo de un punto a otro, no pasando por tantos países. Si tienes alguna información y/o consejo al respecto te lo agradecería, un abrazo.
Mi consejo Félix, es que si los llevas porque los quieres, y quieres compartir el viaje con ellos, genial. Pero si los llevas por protección… no se si vale la pena.
Normalmente necesitas un documento que certifique que tienen todas las vacunas, algo así como un carné de cada animal… y con eso basta.
Buena ruta!