(Reportaje publicado por la web de viajes y viajeros LifeTravel de Argentina, en septiembre 2012)

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Pablo Rey (Buenos Aires, Argentina) y Anna Callau (Barcelona, España)  son una pareja de Barcelona que el 20 de junio de 2000 decidió salir a cumplir el sueño de su vida: dar la vuelta al mundo en una furgoneta 4×4. El plan original era hacerlo en 4 años pero se extendió “un poco más”. Tanto, que ya cumplieron 12 años viviendo en la ruta.

Llevan recorrido Europa, Oriente Próximo, el este de África, Sudamérica, Centro y Norteamérica. Actualmente están pensando en volver a hacer uno de esos desvíos imposibles que les lleve a Asia a través de… Sudamérica.

En los últimos años han comenzado a editar una serie de libros llamada “La Vuelta al Mundo en 10 Años”, que está teniendo un muy buen recibimiento entre los viajeros.  Son “La Vuelta al Mundo en 10 Años: El Libro de la Independencia” y “La Vuelta al Mundo en 10 Años: Por el Mal Camino”.

¿Cómo surgió la idea de salir a dar la vuelta al mundo?

Hubo un momento clave que tuvo que ver con el darnos cuenta que permanentemente estábamos postergando nuestros sueños. La vida de ciudad y esa rutina que te atrapa sin que te des cuenta nos había engullido y la única forma de hacer realidad lo que deseábamos hacer –viajar, descubrir otras culturas, sorprendernos en lugares inesperados- era romper de forma drástica con la seguridad que te da un trabajo fijo. Ocurrió durante un viaje al sur de África, donde me crucé con un suizo que llevaba dos años viviendo en un Land Rover destartalado. Si él podía hacerlo, seguro que nosotros también. Todos tenemos alguien que nos inspira a dar un nuevo paso.

¿Contaban con un itinerario armado o fueron resolviéndolo en el camino?

Desde la vida de ciudad uno está acostumbrado a planificarlo todo. Mirando mapas sabíamos que podíamos partir hacia el este por el sur de Europa y luego bajar por África. Calculamos un año por continente: un año para llegar al sur de África, otro año en Sudamérica, otro en Centro y Norteamérica y uno por Asia. Pero cuando estás viajando es la ruta quien finalmente decide por dónde vas a ir. A partir del sexto mes de viaje nos dimos cuenta de ello, nos olvidamos del tiempo y comenzamos a tomar muchos caminos secundarios que no aparecían en los mapas. Y empezamos a improvisar. Y a dejarnos llevar por las corazonadas. Además hay algo muy importante: partimos para ser más libres, y respetar itinerarios y tiempos también significa atarte.

¿Eran viajeros experimentados antes de partir?

Anna había viajado por su cuenta por Europa, Marruecos y Túnez. Yo ya tenía una larga lista de países recorridos con mochila: Mongolia, China, Tibet, Japón, Guatemala, México, Estados Unidos, Islandia, Cuba, Argentina, Chile, Bolivia, Uruguay, Brasil, Turquía, Rusia, Europa… Y había viajado con una furgoneta 4×2 por Marruecos, Francia, Eslovenia y Croacia apenas terminada la guerra de los Balcanes. Soy descendiente de gallegos, llevaba el viaje en la sangre…

¿Llevan la cuenta de los países / kilómetros recorridos en estos años?

Sí, pero ninguna de las dos cosas nos parece importante. No viajamos para establecer récords ni juntamos países para llenar un álbum. En nuestro caso, saber los kilómetros recorridos es esencial para hacer el mantenimiento periódico de la furgo, bautizada La Cucaracha: ya son casi 300.000 kilómetros de ruta. A veces nos fue infiel, se rompió en medio de un par de desiertos, pero seguimos adelante con la misma furgo.

¿Cuáles son los tres destinos que hayan visitado que los hayan movilizado mas y por qué?

En orden de aparición, diría que el primero fue los países árabes, ya que nos quitamos ese estereotipo de fundamentalismo que los rodea y disfrutamos de la hospitalidad de muchísimas familias que nos invitaban a sus casas simplemente “porque no nos conocían”. Algo que es difícil de comprender desde la perspectiva occidental. Nos sentimos atados a Zimbabue porque el país es precioso, la gente es extraordinariamente amable y es insoportablemente injusto lo que están viviendo con el dictador Mugabe. Y luego el interior de Argentina (Argentina no es Buenos Aires), Perú y México. El interior de Argentina, porque la gente es abierta, espontánea y sencilla, sin las complicaciones y el barullo que rodea a las grandes capitales. Perú y México, porque son países increíblemente complejos, con una historia y gastronomía que no tienen comparación con ningún otro país de América.

¿Qué es lo que mas extrañan de su tierra natal, España y Argentina respectivamente?

De España, las tapitas con amigos, el jamón y el buen vino. Y la esqueixada de bacalao. Y los conciertos. De Argentina, los asados con amigos y el abandonar la ruta casi en cualquier lugar para dormir en montañas, desiertos o playas sin nombre.

¿Se consideran una especie de “Forrest Gump” en 4×4? Viajan por el placer de viajar o cuál es su propósito?

Sin duda, viajamos por el placer de viajar y de sorprendernos. Porque para nosotros se vive mejor viajando que como sedentario en la ciudad… También es cierto que cuando llevas tanto tiempo en la ruta es difícil parar. Te acostumbras a otra vida, a una vida en movimiento y todo lo que sea estático te parece pobre o insuficiente. Sí, te conviertes en una especie de Forrest Gump… jajaja.

¿Qué precauciones toman en cuanto a la seguridad y salud en el viaje?

Como viajamos con un vehículo propio hay una norma que seguimos casi religiosamente: no viajar de noche. En regiones complicadas solemos preguntar a la gente local acerca de la seguridad, lo que no nos ha librado de asaltos, peleas, robos… Lo aceptamos como algo inevitable, es parte de la vida que elegimos. Y en cuanto a la salud no tenemos seguro de viaje, por lo que decidimos no enfermarnos. Y si nos enfermamos, afortunadamente lo hacemos por turnos…

¿Qué reacción tiene la gente al conocer su historia?

La gente se sorprende al conocer la historia de La vuelta al mundo en 10 años. Sobre todo nos preguntan cómo hacemos para conseguir dinero y viajar. Y no es tan complicado. Hay que ajustarse el cinturón, olvidarse de los gastos superfluos y tener una vida más sencilla. El lujo no es ir a comer a un sitio caro o tener un armario lleno de ropa. El lujo es poder disponer de tu propio tiempo, que es el bien más escaso. En nuestro caso, trabajamos como animales antes de partir para ahorrar, alquilamos nuestro apartamento hipotecado en Barcelona y nos mudamos a la furgoneta. Siempre trabajé escribiendo, por lo que era lógico conseguir trabajo antes de partir escribiendo historias y relatos. Cuando eso se acabó nos fuimos inventando trabajos que se adapten a nuestra vida y no al revés. Entre ellos escribir libros, diseñarlos, editarlos y venderlos directamente a la gente en la ruta, en charlas, por correo y a través de nuestras Librerías Amigas en España. Parafraseando a la gente de Attac, otra vida es posible. Todavía se puede tener una vida llena de aventuras.

¿Cuál fue la anécdota mas divertida que han tenido en estos 10 años?

Hay muchas, pero una de las que más ha calado en la gente que leyó los libros es nuestra forma de hacer terapia de pareja. Cuando tenemos un problema nos insultamos, nos decimos de todo para sacar la rabia de adentro. Pero eso sí, hay una regla que hay que respetar: no vale repetir. O sea, puedes empezar con las palabras más bordes, pero cuando se acaban hay que empezar a improvisar: gusano, diarrea de sapo, error, hemorroide de metro setenta, pedo atravesado, accidente de una borrachera, rata de restaurante chino, ano ortopédico, dolor en el pecho, corazón de segunda mano… El que repite una palabra, pierde. Y en el proceso de improvisación empezamos a reír con las burradas que somos capaces de decir, lo que nos relaja un poco para hablar del auténtico problema. Es nuestra forma de sobrevivir a un reality inesperado: la convivencia constante los 365 días del año, los 30 días del mes, los 7 días de la semana, cada hora del día…

Pablo y Anna mantienen un contacto casi constante a través de su página en internet, donde comparten historias, fotografías y datos de viaje a través de la web www.viajeros4x4x4.com También los puedes encontrar a través de Facebook y Twitter con el nick viajeros 4x4x4. Después de 12 años, todavía siguen en la ruta.

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