Lugares para conocer antes de morir: Lalibela, Etiopía
Lalibela es un encuentro con el pasado, con los orígenes del cristianismo, aquella época en que los ritos cristianos, musulmanes y judíos todavía se confundían. Fue construido hacia abajo, tallando sobre la misma piedra de la montaña hasta deconstruir templos unidos al suelo. Hace cientos de años era la estrategia perfecta para pasar desapercibidos ante la oleada de ataques del Islam. Hoy, es un encuentro con otra historia del mundo.
‘Todos los domingos a las seis de la mañana, cuando aún es de noche, los cristianos más antiguos caminan envueltos en túnicas blancas hacia la iglesia dedicada al santo de su devoción. Los fieles leen sus Biblias sobre la piedra desnuda, dentro de los agujeros excavados que en otros tiempos sirvieron de habitación a los monjes.
Algunos apoyan su sien contra las paredes exteriores del templo y oran de pie como si estuvieran frente al Muro de los Lamentos. Otros se acomodan sobre una alfombra pequeña y repiten la secuencia de movimientos que practican los musulmanes durante la plegaria: se arrodillan erguidos, se inclinan, se postran, se levantan. Era una visión de lo que podría haber sido la religión más numerosa del mundo si los seguidores de Moisés, Jesús y Mahoma no se hubieran peleado por la herencia.
Los fieles se congregan alrededor de los templos de piedra mientras en el interior un sacerdote descalzo camina en círculos siguiendo el ritmo de versos sagrados y melancólicos. El espectáculo impone silencio. A través de una ventana observo las antorchas colgadas en las columnas que insisten en oscurecer aún más las paredes impregnadas de humo y ceniza. Una Cruz de Lalibela dorada preside la ceremonia sobre el altar entre volutas de incienso y tambores que no cesan de repetirse. Siempre el mismo ritmo africano para una religión nacida en Asia, apropiada por Europa y exportada masivamente a América.
El olor a incienso y cera de abejas penetra en el espíritu y todo lo que puedes hacer es caminar despacio, al ritmo de los que creen. Todo es tan arcaico que sobrecoge. Te dejas llevar por la multitud, por el sonido y los olores hasta sentir que eres un testigo privilegiado de la historia. Has retrocedido cientos de años en un viaje que trasciende los lugares y te lleva a través del tiempo. Es la misa del domingo, que dura dos horas, durante la cual nadie comulga ya que para la iglesia etíope Jesucristo solo ha sido divino, nunca humano.
No hay carne que comer, ni sangre que beber.
Es el cristianismo que menos cambios ha sufrido desde el año cero. El sacerdote acerca su levita a los labios de los acólitos que entonan pasajes de una Biblia ligeramente distinta a la romana, traducida hace más de mil quinientos años. Uno detrás de otro, los fieles depositan su fe y su amor en un beso.
– La ceremonia no es en amárico, ni en tigrinya ni en omarinya -me susurra un hombre con vocación de guía, aludiendo a los idiomas más comunes de Etiopía. -Es en ge’ez. En nuestra iglesia, solo el sermón se da en el idioma del pueblo.’
Extracto del libro Por el Mal Camino.
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Por el Mal Camino.
ISBN 978-84-615-7176-5
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Más info sobre Lalibela en Wikipedia
Pablo Rey (Buenos Aires) y Anna Callau (Barcelona) viajan por el mundo desde el año 2000 en una furgoneta Mitsubishi Delica L300 4×4 llamada La Cucaracha. En estos años veinte años de movimiento constante consiguieron un máster en el arte de sobrevivir y resolver problemas (policías corruptos y roturas de motor en el Sáhara, por ejemplo) en lugares lejanos.
Durante tres años recorrieron Oriente Próximo y África, de El Cairo a Ciudad del Cabo; estuvieron 7 años por toda Sudamérica y otros 7 años explorando casi cada rincón de América Central y Norteamérica. En el camino cruzaron el Océano Atlántico Sur en un barco de pesca, descendieron un río del Amazonas en una balsa de troncos y caminaron entre leones y elefantes armados con un cuchillo suizo.
En los últimos años comenzaron a viajar a pie (Pirineos entre el Mediterráneo y el Océano Atlántico, 2 meses) y en motocicleta (Asia) con el menor equipaje posible. Participan en ferias del libro y de viaje de todo el mundo, y dan charlas y conferencias en escuelas, universidades, museos y centros culturales. Pablo ha escrito tres libros en castellano (uno ya se consigue en inglés) y muchas historias para revistas de viaje y todo terreno como Overland Journal (Estados Unidos) y Lonely Planet (España).
¿Cuándo terminará el viaje? El viaje no termina, el viaje es la vida.
Hola!
Soy Ainhoa y soy delegada de ABAY una asociación para el desarrollo en Etiopía. He leído tu historia y me encanta (estoy en proceso de adopción en Etiopía y todo lo relacionado con el país me apasiona). Esto me ha hecho pensar en ponerme en contacto contigo para contarte un proyecto de ABAY para ver si te interesaría colaborar.
Estamos recopilando cuentos sobre Etiopía (relatos cortos que evoquen el país), la idea es tener unos 100 relatos para poder publicar un libro con todas esas historias y recuadar dinero con su venta para nuestros proyectos en Etiopía, al mismo tiempo que damos a conocer el país.
Tras leer tu historia, he pensado que podría interesarte participar. No te ofrezco nada más que tu historia contribuya a desarrollar cualquiera de los proyectos que llevamos en marcha en Walmara. (http://www.abayetiopia.org/proyectos) Escribe un relato sobre Etiopía, sobre lo que hayas visto, sentido, vivido y apórtalo a ABAY para una buena causa.
Si estás interesado en participar, mándame un email a ainhoavu@abayetiopia.org
Tu relato puede ser de gran ayuda.
Muchas gracias por tu historia.
Un saludo, espero su respuesta