224- La destrucción del zoco de Alepo. | SIRIA
A Dios se le mezclaron los papeles y prometió la misma tierra a demasiada gente.
A Dios se le mezclaron los papeles y prometió la misma tierra a demasiada gente.
Él era un buen musulmán, practicaba karate y tenía músculos de acero. Ella era bonita, tenía una sonrisa pícara y reía mucho. Él dijo todo lo que esperaba de ella y que, a diferencia de otros hombres, quería tener una sola mujer. Ella volvió a reír y aceptó.
La experiencia del hamam te deja molido pero feliz. Es lo más parecido a ser desarmado brazo a brazo, pierna a pierna, para rehacerte después de pasar todas las piezas por un túnel de lavado a presión.
Frutas raras, pero raras, de esas que nunca viste en la frutería de tu barrio. Bueno, bananas rojas hay por todos lados…