79- Si te invito a mi casa es porque no te conozco | JORDANIA
– La mayor riqueza de los árabes no es el petróleo –aseguro a Gareb y Mona, que viven con sus nueve hijos en una casa sin terminar en Wadi Musa, cerca de Petra. –Si se pudiera exportar la hospitalidad, darle una forma y meterla en una caja, los árabes sacarían más dinero que vendiendo petróleo.
Creímos que era jueves y golpeamos a su puerta para recargar la bombona de gas de la cocina. Pronto nos dimos cuenta que nuevamente se nos había perdido algún día del calendario: era viernes, todo estaba cerrado. El martes, el miércoles o el jueves habían desaparecido en alguna curva de la ruta. Gareb no sólo abrió su negocio y no nos quiso cobrar el gas, sino que nos invitó a cenar y dormir en su casa, a desayunar con su familia y a quedarnos el tiempo que hiciera falta.
– No hay problema. No tenemos mucho, pero donde comen once, comen trece. Pueden dormir en esta habitación. La furgoneta se queda en la calle, no le pasará nada. Aquí todos me conocen y me respetan. Ustedes son mis huéspedes, ustedes también son Gareb. Lo siento, pero no tenemos ducha. Cuando lo necesiten calentamos agua así pueden lavarse con este barreño. ¿Tienen hambre? ¿Quieren un té? ¿Un café?
En esta parte del mundo la hospitalidad es tan natural como respirar. Si entras en un negocio es lógico que el comerciante insista en venderte algo. Si no compras, muchos querrán que por lo menos te sientes a tomar un té y les cuentes una historia.
Hablo de ello con Gareb y Mona, que tienen más hijos que dinero, y sonríen. Les cuento que en Europa y Estados Unidos esto no suele ocurrir. Que la gente de la ciudad suele ser desconfiada. Que los niños no se acercan a los desconocidos. Que la mayoría de la gente cierra la puerta en lugar de abrirla.
Gareb no entiende.
– Pero… si te abro la puerta de mi casa es porque estás de paso, porque tendrás cosas que contar… si te invito a mi casa es porque no te conozco… no tengo razones para desconfiar de ti.
Extracto de El Libro de la Independencia, de Pablo Rey
El Libro de la Independencia. ISBN 978-84-616-9037-4
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Pablo Rey (Buenos Aires) y Anna Callau (Barcelona) viajan por el mundo desde el año 2000 en una furgoneta Mitsubishi Delica L300 4×4 llamada La Cucaracha. En estos años veinte años de movimiento constante consiguieron un máster en el arte de sobrevivir y resolver problemas (policías corruptos y roturas de motor en el Sáhara, por ejemplo) en lugares lejanos.
Durante tres años recorrieron Oriente Próximo y África, de El Cairo a Ciudad del Cabo; estuvieron 7 años por toda Sudamérica y otros 7 años explorando casi cada rincón de América Central y Norteamérica. En el camino cruzaron el Océano Atlántico Sur en un barco de pesca, descendieron un río del Amazonas en una balsa de troncos y caminaron entre leones y elefantes armados con un cuchillo suizo.
En los últimos años comenzaron a viajar a pie (Pirineos entre el Mediterráneo y el Océano Atlántico, 2 meses) y en motocicleta (Asia) con el menor equipaje posible. Participan en ferias del libro y de viaje de todo el mundo, y dan charlas y conferencias en escuelas, universidades, museos y centros culturales. Pablo ha escrito tres libros en castellano (uno ya se consigue en inglés) y muchas historias para revistas de viaje y todo terreno como Overland Journal (Estados Unidos) y Lonely Planet (España).
¿Cuándo terminará el viaje? El viaje no termina, el viaje es la vida.
Quiero decirte, QUE SI TE INVITO A MI CASA ES PORQUE NO TE CONOZCO, aca en Argentina no pasan esas cosas, mi casa , si, siempre estara abierta porque a mi hijo se la abrieron cuando salio de mochilero por alli, somos los papas de Julian Razetto, de gualeguaychu Argentina, y los estamos esperando, somos bastantes convencionales pero muy respetuosos y abiertos a las actitudes ajenas, asi que MUCHA SUERTE Y YA QUEDA POQUITO, cariños y nada mas por ahora ya que no los conocemos, esperamos hacerlo pronto, y colaborar en su sueño, SUERTE
Que pasada!!! Quizá no a este nivel, pero en toda Sudamérica nos ha pasado lo mismo! Me encanta! 😀