74- Puig, ciclista.
A un lado de la ruta desierta había un ciclista flaco revolviendo entre sus morrales. No, no era flaco, era un puñado de huesos atados por la fibra de la ruta. Era el viajero en bicicleta más flaco que había conocido en la ruta.
A un lado de la ruta desierta había un ciclista flaco revolviendo entre sus morrales. No, no era flaco, era un puñado de huesos atados por la fibra de la ruta. Era el viajero en bicicleta más flaco que había conocido en la ruta.
La Ruta de las Mil Curvas y los Cien Mil Baches continúa con su hermoso sadismo hacia el fondo del valle, prometiendo destruir algunas neuronas más antes de la próxima curva. Yogur, sí, yogur de cerebro nos quedará dentro del cráneo.