268- ‘No tengan miedo. Viajar vale la pena’

PABLO REY Y ANNA CALLAU, MAS DE UNA DÉCADA DANDO LA VUELTA AL MUNDO EN SU FURGONETA

Entrevista de Iosu López para Mochileros TV, publicada en mayo de 2014.

Hay viajeros y viajeros, pero lo de Pablo Rey y Anna Callau es un master de vida en la carretera. El 20 de junio del año 2000 abandonaron Barcelona para dar la vuelta al mundo en una furgoneta 4×4 durante 4 años. Llevan 14, siguen en la ruta y tienen cuerda para rato. En su cuaderno de bitácora tienen una larga lista de aventuras y peripecias: recorrieron el Sur de Europa, Oriente Próximo y África de norte a sur, cruzaron el Océano Atlántico Sur en un barco de Pescanova durante 23 días y desembarcaron en Argentina. Llevan más de una década recorriendo los rincones de América, desde el Cabo de Hornos hasta el final de la Ruta Panamericana en Alaska.

Como te puedes imaginar, les han ocurrido todo tipo de cosas: buenas y malas. Durante su periplo han sufrido cuatro averías que los dejaron tirados en lugares donde no se detiene ni el viento: el Sahara de Sudán (a 300 kilómetros de Jartum), junto al Lago Turkana en Kenia (a 800 kms del mecánico más cercano), se les congeló el motor en el Altiplano Boliviano y volvieron a romperlo en medio de los Andes Chilenos. Superaron peligros nada desdeñables como huir de hombres armados en Etiopía y elefantes en Zimbabue, tuvieron cuchillos en el cuello en Brasil, una banda armada les asaltó con kalashnikovs en Kenia, les rodeó una tribu drogada con qat en Etiopía y tuvieron que pelear (y correr) en Trinidad y Tobago.

Su furgoneta 4×4, a la que apodan ‘La Cucaracha’, acumula más de 300.000 kilómetros y ha sido testigo su incansable compañero en miles de vivencias que nos contarán en persona este miércoles en Madrid. Como aperitivo os traemos esta entrevista que hemos mantenido con ellos pocas horas antes de que se inauguren las II Jornadas Hostelworld de los Grandes Viajes.

Un viaje que iba a ser de 4 años lleva cerca de 14 si no me equivoco. ¿El viaje es una droga que no tiene cura?

Sin duda, una vez que sales a la ruta y te quedas allí unos cinco o seis meses mínimo, ya te quedas enganchado. Imagino que la única cura son los problemas graves, la cárcel en un país complicado, secuelas físicas tras un ataque armado, un miedo muy intenso. Es muy distinto viajar por Europa o solo por asfalto que perderse por los caminos secundarios de África.

Habéis cruzado decenas de fronteras. ¿Cuál sería la más extraña que os ha tocado pasar, bien sea por el lugar, o por lo que os ocurrió?

No hay fronteras extrañas, sino situaciones nuevas, que nunca te habían pasado. Quizás elegiría nuestro cruce ilegal de la frontera entre Etiopía y Kenia por el Valle del Omo, entre tribus armadas con kalashnikovs, durante una inundación. Por supuesto, rompimos el motor y tuvimos que hacer 800 kilómetros para encontrar un mecánico decente. Y hacer otros 800 kilómetros para volver con él. Toda una aventura que uno solo disfruta cuando ya pasó mucho tiempo. La historia completa está en el libro La Vuelta al Mundo en 10 Años: Por el Mal Camino.

¿Consejos de mochileros expertos para que los policías no te tanguen y evitar los sobornos?

La gran riqueza del viajero es el tiempo. Los policías que quieren coimearte quieren hacerlo rápido. Hay que tomarse la situación con calma, hablar, hacer un café, un mate, un té, y abrir la puerta a la posibilidad de terminar en una comisaría. ¡Puede ser otra historia que contar! Por supuesto, siempre presuponiendo que uno no ha hecho nada

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PABLO Y ANNA ASEGURAN QUE LOS MEJORES CAMINOS SUELEN SER LOS PEORES, LOS QUE TE LLEVAN A SITIOS QUE NO APARECEN EN LOS MAPAS. NO VIAJAN CON GPS Y LES GUSTA PERDERSE PORQUE ES LA MEJOR MANERA DE DESCUBRIR LUGARES DONDE NO VA NADIE.

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Vuestra furgoneta es ya como vuestra hija adolescente. ¿Habéis tenido que arreglarla, tunearla muchas veces? ¿En qué ha mutado desde que la compraron?

Los problemas no siempre son por culpa de los caprichos del vehículo. A veces uno comete un error, y lo paga, literalmente. En mecánica sigue siendo bastante estándar, pero claro, ahora tiene una defensa, un portaequipajes, una ducha conectada a un pequeño motor Espar para precalentar el motor en climas extremadamente fríos, un tanque extra de combustible, una cocina pequeña… Honestamente, aunque se puede salir de viaje con un par de cajas y un colchón, recién ahora, después de 14 años de ruta, La Cucaracha está bien preparada para viajar.

¿Creéis que algún día encontraréis un lugar donde quedaos quietos y tener una vida digamos “más rutinaria”? ¿Qué consideráis ahora vuestro “hogar”?

El hogar es donde lo encuentras decía un anuncio de Smirnoff de los año 90. Nuestro primer hogar es la furgo, sin duda alguna. Es el techo bajo el que más noches pasé en toda mi vida. El segundo hogar estará en Barcelona. Supongo, de momento, el tiempo dirá…

La mayoría de gente, y sobre todo aquellos que no se atreven a hacerlo, siempre ponen la excusa de que hace falta mucho dinero para viajar. ¿Es posible viajar y trabajar? Imagino que dependerá de la profesión que uno sepa hacer.

Nosotros, en la ruta, gastamos menos dinero del que gastaríamos en cualquier ciudad europea si tuviéramos que pagar un alquiler, gas, teléfono, electricidad, agua, internet… Sin duda es posible viajar y trabajar, muchos lo hacemos. Creo que el gran secreto está en saber qué te gusta hacer, lo que amas hacer, que en mi caso es escribir, e inventarte un trabajo en la ruta relacionado con ello.

¿Todos estos años de qué habéis trabajado/vivido en vuestra vuelta al mundo?

Tenemos un apartamento en Barcelona que cuando salimos alquilamos para pagar la hipoteca. Sabíamos que teníamos que trabajar en algo en la ruta y empezamos escribiendo artículos para un par de medios de España. Luego hicimos compraventa de artesanías entre Zimbabue y Sudáfrica y aunque no tenía ganas, volví a trabajar en publicidad en Chile durante 9 meses mientras Anna trabajaba en algún restaurante japonés, algún bar de tapas, una pista de esquí… Vendimos objetos coleccionables que desenterramos de basureros antiguos a través de internet, Anna empezó a hacer pulseras y collares, se terminó de pagar la hipoteca… Escribir cada libro me llevó por lo menos 5 meses y desde el 2007 ya escribí 3 libros. Se venden en las mejores librerías de viaje de España (distribuidos por Altaïr), en Argentina, en formato digital para todo tipo de tabletas y los vendemos en mano en la ruta o cuando damos una charla/conferencia. ¡Hicimos tantas cosas!

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DESCENDIERON DURANTE 10 DÍAS UN RÍO DEL AMAZONAS PERUANO EN UNA ENDEBLE BALSA DE TRONCOS, VIAJARON EN VARIOS BARCOS DE CARGA, CRUZARON TERRITORIO NARCO EN SINALOA Y CHIHUAHUA, MÉXICO, Y EXCAVARON EN PUEBLOS ABANDONADOS EN BUSCA DE BOTELLAS ANTIGUAS.

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¿Viajando uno aprende a dejar de echar de menos? ¿Uno se hace más ermitaño?

Siempre se extraña algo, sin duda uno cambia después de tantos años de viaje. Personalmente, disfruto mucho los desiertos, su silencio, con lo que eso tiene de soledad.

¿Qué hacéis ahora en España? ¿Por dónde sigue ahora vuestra ruta?

Estar en España es tomarse unas vacaciones de la ruta, ese corte tan necesario para seguir sorprendiéndonos después de 14 años recorriendo el mundo. Durante el próximo año queremos terminar de recorrer extensivamente los lugares más interesantes y alejados de Norteamérica, Terranova, Quebec… quizás llegar a Groenlandia en barco o avión, no sé, ya veremos… No nos interesan demasiado las ciudades. Solo algunas.

Tres libros que han contribuido a mantener vuestro proyecto 4x4x4. ¿Nuevos proyectos en mente?

Escribir me gusta tanto como viajar. Lo hago con cariño e intento dedicarle tiempo en la ruta. Tengo varios proyectos de libros en mente, solo que me falta tiempo, ¡el día debería tener unas 30, 35 horas por lo menos! Como siempre, hay que elegir.

Un par de consejos low cost en vuestro top de estos 14 años.

No comprar por impulso. No comprar algo que realmente no necesitas. Aprender uno mismo a solucionar los problemas, a arreglar el vehículo, a diseñar los libros… todo lo que uno mismo pueda hacer es dinero ahorrado para seguir viajando.

Uno o varios momentos que podáis definir como 100% felices en la vuelta al mundo. Yo recuerdo cuando llegué a Bahía Lapataia en el Parque Nacional Tierra del Fuego 11 meses después de haber salido de Alaska.

14 años dan para unos cuántos, muchos momentos de felicidad sublime. Por ejemplo, ver en el radar del barco de Pescanova cómo el fondo del océano comienza a subir hacia la costa de Argentina, tras más de 20 días cruzando el Océano Atlántico Sur. Otro momento es cada vez que alguien me dice que le encantan las historias que comparto en los libros y por internet, cada vez que alguien me insulta con cariño porque mis historias le inspiraron para lanzarse a la ruta y le cambiaron la vida. O cada vez que me doy cuenta que el universo se vuelve a confabular para que consigamos lo imposible. Ocurre, es sorprendente pero pasa. Sobre todo cuando hace bastante tiempo que uno no se manda una cagada. Aunque nadie suele hablar de ellos, los viajeros también nos equivocamos.

¿Alguna vez tuvisteis agenda o habéis aprendido a vivir improvisando?

Improvisamos. Siempre nos damos la libertad de cambiar los planes. No tenemos agenda, ni viajamos con teléfono. Cuando viajamos intentamos solo viajar.

Una vez escuché la frase “Viajar fomenta la intolerancia”. ¿Te reafirma en algunas ideas y tira por tierra muchos prejuicios?

Viajar jamás fomenta la intolerancia. ¿Es una pregunta trampa? Viajar te abre los ojos, te vuelve tolerante, sobre todo si tu objetivo al viajar es sorprenderte y comprender lo que te rodea, y contactar con la gente. Viajar fomenta la intolerancia de aquellos que no son viajeros, de aquellos que son turistas y que siempre extrañan la seguridad de su hogar.

Tenemos muchos lectores que sueñan con hacer cosas como vosotros sentados tras la pantalla, soñando… ¿qué les diríais?

Que no tengan miedo. Que arriesguen. Que vale la pena.

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Consigue los libros de Pablo Rey con las historias de más de 15 años viviendo en la ruta, en la librería Altaïr, en Amazon.com y en Kindle.

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Pablo Rey (Buenos Aires) y Anna Callau (Barcelona) viajan por el mundo desde el año 2000 en una furgoneta Mitsubishi Delica L300 4×4 llamada La Cucaracha. En estos años veinte años de movimiento constante consiguieron un máster en el arte de sobrevivir y resolver problemas (policías corruptos y roturas de motor en el Sáhara, por ejemplo) en lugares lejanos.

Durante tres años recorrieron Oriente Próximo y África, de El Cairo a Ciudad del Cabo; estuvieron 7 años por toda Sudamérica y otros 7 años explorando casi cada rincón de América Central y Norteamérica. En el camino cruzaron el Océano Atlántico Sur en un barco de pesca, descendieron un río del Amazonas en una balsa de troncos y caminaron entre leones y elefantes armados con un cuchillo suizo.

En los últimos años comenzaron a viajar a pie (Pirineos entre el Mediterráneo y el Océano Atlántico, 2 meses) y en motocicleta (Asia) con el menor equipaje posible. Participan en ferias del libro y de viaje de todo el mundo, y dan charlas y conferencias en escuelas, universidades, museos y centros culturales. Pablo ha escrito tres libros en castellano (uno ya se consigue en inglés) y muchas historias para revistas de viaje y todo terreno como Overland Journal (Estados Unidos) y Lonely Planet (España).

¿Cuándo terminará el viaje? El viaje no termina, el viaje es la vida.

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