Ayer enviamos una carta al Teniente General Bohórquez, Comandante General de la Fuerza Aérea de Ecuador, solicitando dos plazas de cortesía en los vuelos logísticos que efectúan a las islas Galápagos. La FAE realiza una tarea humanitaria importantísima de apoyo a los colonos que viven en las islas, una de esas historias desconocidas con las que nos topamos en la ruta que vale la pena difundir. Y queremos escribir sobre ello. Pero la carta que le enviamos estaba incompleta.
Aquí, públicamente, ante todos los amigos de América, Europa, África y Asia que conocen mi aversión a las peluquerías, y además de los compromisos asumidos en la carta, me comprometo a ponerme en las manos del peluquero jefe de la Fuerza Aérea del Ecuador.
Hace 20 años que llevo el cabello largo. Si llegamos a las islas Galápagos gracias a la Fuerza Aérea del Ecuador, que su peluquero jefe haga conmigo lo que estime conveniente. Eso sí es una promesa.
(Continúa en A las Islas Galápagos como sea.)