- Al doctor Ronald, médico protestante de almas y cuerpos, por la entrada en el país.
- Al padre Beda Pavel de la misión católica en Kilimahewa, por acogernos, alimentarnos y saciar nuestra sed con vino benedictino del país.
- Al padre Sixtus de Kilangala, por lo mismo pero en lugar de vino, Cinzano.
- Al padre Ferdinand de Lindi, por pedirle a su gente que nos ayude a soldar la baca que casi perdemos por el camino.
Gracias Tanzania
