342- Cómo preparar una mochila liviana para viajar dos meses a pie por la montaña | GR11 PIRINEOS

Saber cómo preparar una mochila liviana es esencial para el éxito de un viaje a pie, sobre todo si el objetivo es una larga travesía por la montaña.

El primer reflejo es elegir una mochila grande para llevar todo lo que creemos que podemos necesitar. Todo, incluyendo muchas cosas de las que podríamos prescindir. Nos pasó y al principio de nuestra ruta a lo largo del GR11 Pirineos, estuvimos caminando por la montaña con mochilas de 15 kilos cada uno.

‘No es tanto’ puedes pensar, pero una vez que nos replanteamos lo que llevábamos, pesando cada cosa con una balanza de cocina, terminamos caminando con mochilas de entre 9 y 11 kilos cada uno, dependiendo el momento de la travesía. Y eso incluía el agua, la tienda, los sacos de dormir, ropa de abrigo, comida y cocina.

¿Cómo conseguimos llegar a ese número mágico? ¿Una mochila de sólo 9 kilos para caminar 840 kilómetros durante dos meses por senderos de montaña, sin dormir ni comer en refugios?

Primero cambiamos las mochilas de 55 litros con las que empezamos el viaje (vacías pesaban ¡3 kilos cada una!) por otras de 30 o 35 litros (que pesaban menos de un kilo cada una). Al tener menos espacio fuimos más rigurosos con lo que realmente necesitábamos.

Luego conseguimos una balanza para pesar alimentos. Nos ayudó a ser mucho más conscientes de lo que cargaríamos en la espalda y nos permitió comparar el peso entre las sandalias Teva y las chanclas de playa, por ejemplo. Solamente ahí eliminamos 200 gramos cada uno. Bah, doscientos gramos no es nada, puedes pensar. Pero aplicando esta norma a todo lo que vas a cargar en la espalda, te aseguro que al final podrás descartar unos cuantos kilos.

El tercer punto a tener en cuenta es buscar objetos que puedan tener más de una función. Por ejemplo, un pareo nos sirvió de toalla (se seca mucho más rápido que las auténticas toallas) y de mantel de picnic. Un par de tuppers medianos nos sirvieron para guardar tomates o huevos y como platos.

Aquí te dejo el listado completo con todo el equipo que llevamos para unir el Mar Meditérraneo con el Mar Cantábrico (Océano Atlántico) por el sendero GR11 Pirineos. Caminamos unos 52 días, superamos un desnivel total de 46 kilómetros de subidas (tanto como un edificio de 15.000 pisos) y dedicamos a descansar unos 7 u 8 días. Recuerda, elige bien lo que vas a llevar.

¡Que te sirva!

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Cambiemos de viaje: Cómo comprar una moto en Vietnam para viajar por el Sudeste Asiático

Anna y la mochila con la que caminó el GR11 Pirineos durante casi dos meses de travesía por la montaña.

CÓMO PREPARAR UNA MOCHILA LIVIANA. EQUIPO.

Tienda de campaña Husky Sawaj Ultra 2. Fabricada en la República Checa, es para dos personas y pesa apenas 1,6 kilos. La compramos por internet en Estados Unidos especialmente para el viaje a pie por el GR11 y nos costó 199 dólares. Después de 60 días de travesía se pagó sola varias veces. La pusimos a prueba con lluvia, granizo y una buena tormenta de viento y granizo a 2400 metros de altura. Aguantó como una campeona. No filtró agua, el espacio fue suficiente para nosotros y dos mochilas medianas. Le añadimos un viento a la parte trasera para separar el techo de la tienda (en este modelo la tienda y el techo vienen unidos y funcionó bien), y cambiamos las piquetas por otras más livianas (trece, ni una más ni una menos) que compramos en Decathlon. Al final de la travesía sólo le encontramos un pequeño agujero en el suelo. Cambiamos la cinta para atar la tienda dentro de su bolsa por gomas elásticas gruesas (de las que vienen con las lechugas), que eran unos gramos más livianas. Puedes llamarme exagerado, pero cada gramo menos es un gramo menos en la espalda.

Mochila Deuter de 35 litros. De las mochilas que tengo me pareció la más completa y liviana (900 gramos). La compré por 15 dólares en Vietnam el año pasado. Se fue descosiendo mucho, sobre todo los primeros días en que forzaba el ajuste de las correas. Por suerte llevamos un cordel elástico muy delgado (comprado en una mercería del barrio), que utilicé para reemplazar alguna correa rota.

Mochila Decathlon Forclaz 30 Air. Anna la compró antes de partir, impresionada por la garantía de 10 años en las costuras. Después de 60 dias no sólo aguantó la costura, sino que la mochila no sufrió desgaste alguno, ni siquiera descoloración. Parece casi recién comprada.

Cubremochilas impermeable. Uno marca Eusebio y uno marca Quechua. Sin problemas.

Sacos de dormir. Hace unos cuatro años compramos los sacos S10 Ultralight de Decathlon, de relleno sintético. Pesan 880 gramos cada uno y la temperatura de comfort está alrededor de los siete grados, por lo que es correcta para valles y zonas intermedias, pero puede ser insuficiente para las zonas más altas del Pirineo en verano. Son acoplables, lo que ayuda a pasar menos frío.

Ropa térmica Icebreaker 200, de lana merino. Fue una de las pocas cosas que compramos especialmente para el viaje a pie por el GR11. No solo nos serviría durante el día si hacía frío, sino que también nos serviría durante la noche como complemento al saco de dormir si fuera necesario. Suelen ser caros, alrededor de 100 dólares la pieza, pero en la página web siempre liquidan modelos de temporadas anteriores a mitad de precio.

Dos chaquetas comprimibles con relleno de polyester marca Pull and Bear. Las compramos en un outlet de Vietnam por 5 dólares cada una y fueron muy calentitas durante el viaje por el GR11. No son impermeables, pero para eso tenemos el poncho Solognac, que funcionó muy bien. También las usamos de almohada.

Botas. Yo empecé caminando con un par de zapatillas Merrell extremadamente cómodas, pero a las dos semanas me dí cuenta que no iban a aguantar la travesía de los Pirineos. Cuando volvimos a Barcelona desde Puigcerdá para replantearnos el equipo las reemplacé por un par de botas Quechua Forclaz 100, que me costaron sólo 50 euros. Parecía demasiado barato para ser cierto, pero la suela es buena, son muy livianas y decidí probarlas. En general funcionaron muy bien, principalmente desde que cambié las plantillas originales (lo peor de estas botas) por unas Sidas Cushioning Gel (14 euros). Anna usó un par de botas Salomon Yanga Mid (70 euros). Llevamos crampones, pero este año no hubo nieve en el camino, por lo que no necesitamos probarlos.

Ropa en general. Dos camisetas de secado rápido cada uno (Decathlon, 3.99 euros), una camiseta de manga larga ExOfficio (también de secado rápido) cada uno, pantalones largos de secado rápido y pierna desmontable (Pablo: North Face, Anna: Equarea de Decathlon), bañador (para no quedarnos en calzones en un lugar público cuando toque lavar el único pantalón largo), 2 pares de calcetines antiampollas Forclaz 500 cortos (Decathlon), cinturones con bolsillo de seguridad para guardar el dinero y gorra para el sol que cubra también los lados. Anna llevó un par de chanclas de playa Tribord y yo unas viejas de cuero que no pesaban nada… ninguna de las dos funcionó bien cuando se mojaban. Anna llevó gafas para el sol.

Bastones. Dos pares de Arpenaz 200 de Decathlon (8 euros el par). Aguantaron dos meses de Transpirenaica y siguen vivos.

Mapas. Descargamos en el teléfono el mapa de los Pirineos de Wikiloc, y los mapas de Andorra y las regiones colindantes de España y Francia de Maps.me. En los dos puedes seguir el GR11. El GPS offline del teléfono suele ser suficiente, por lo que evitamos llevar otro GPS. También llevamos el set de mapas en papel del GR11 editado por Prames. Salimos convencidos de que era el mejor, pero ya en camino nos dimos cuenta que le faltan las variantes y senderos cercanos, y que algunos nombres están cambiados. Durante tres días caminamos con mapas del GR11 editados por Alpina y nos parecieron más completos.

OJO! En Aragón están cambiando los nombres de montañas y otros accidentes geográficos al aragonés tradicional, por lo que puede que encuentres diferencias entre distintos mapas. Algunos se identifican fácil, como el Aneto pasa a ser Tuca d’Aneto, pero en otros casos no: el Pico Schrader pasa a ser la Punta de Bachimala, el Pico de Baudrimont vuelve a ser el Mallo de Tormosa y el famoso Dedo se llamará Mallet dero Portiello.

Teléfonos. Nada del otro mundo, un Blackview y un Wolder Wiam 65. La tableta Huawei Mediapad X2 que llevé se estropeó al inicio de la travesía, lo que me confirma que en los viajes a pie es mejor llevar un teléfono. Ocupa menos espacio, pesa menos, hay menos posibilidades que se rompa…

Power Bank TohLo de 15.000 mAh. Comprado por internet a 18 dólares. Funciona bastante bien.

Cámara de fotos. Una Canon G12, con una batería extra y varias microSD de 32 Gigas.

Bolsas Ziploc. Este tipo de bolsas de plástico de cierre hermético forma parte de nuestra vida. No existe una forma más minimalista de guardar algo. No existe algo más liviano y además vienen en todos los tamaños. En una muy pequeña guardamos el jabón de hotel. La bolsa del jabón va en otra bolsa con los cepillos de dientes, dentífrico, hilo dental y los objetos de higiene pequeños. En otra bolsa va la bolsita con café instantáneo, la bolsita con azúcar, la bolsita con el té, la bolsa con leche en polvo y los caramelos. En otra está la bolsita con pimienta, la bolsita con sal, la bolsita con curry y la bolsita con el gotero lleno de aceite de oliva. En otra bolsa va la ropa interior con las camisetas y el calzoncillo extra. En otra bolsa está la ropa térmica. En otra bolsa están las sopas y la pasta para sopa. Es imposible ocupar menos espacio, a partir de aquí solo puedes llevar menos peso llevando menos cosas.

Agua. Llevamos un pequeño filtro Sawyer, con una membrana de 0.1 micrones, que permite purificar agua de ríos, lagos, arroyos, embalses y bebederos de vacas. Hace tres años que lo usamos en todos nuestros viajes. En Estados Unidos cuesta 20 dólares. En España cuesta 30 euros, y lo venden por Ebay. (También puedes llevar pastillas, pero saben mal, o purificar el agua directamente con lejía o yodo, poniendo una gota por litro). El agua la cargamos en dos botellas de plástico de medio litro y añadimos otras botellas cuando fue necesario.

Libros. Sin duda que se pueden leer libros electrónicos desde un teléfono o una tableta, aunque nada puede vencer al placer de leer sobre papel. Pero el papel pesa, por eso buscamos libros de bolsillo, que ocupen poco espacio, y con tipografía pequeña. Los fuimos dejando en los refugios libres que encontramos en el camino, para que sean aprovechados por otros caminantes.

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Acampando a 2400 metros de altura en Aguas Tuertas, Parque Nacional de Ordesa.

CÓMO PREPARAR UNA MOCHILA LIVIANA: COCINA.

La hornalla plegada tiene 11x4x4 centímetros, funciona con cartuchos de gas butano de 227 gramos (los alargados). Cada cartucho nos dura aproximadamente una semana, cocinando cena y un par de bebidas calientes al día (mañana y tarde). Preferimos una cocina de gas, los combustibles líquidos son más pesados, pero en un viaje en moto quizás me lo replantearía. No fue la cocina perfecta, ya que el trasto que tenemos puede ser muy inestable, pero estamos en la búsqueda.

Olla. Es de acero inoxidable, con capacidad para un litro y medio de agua. Preferíamos el aluminio, pero no encontramos una olla que nos enamorase. Puedes usar un pedazo de papel de aluminio como tapa.

Dos tazas de acero inoxidable, las que compramos por un euro en el Sudeste Asiático. Para café, cereales, vino, sopa y noddles. Hay más livianas, pero son de titanio y son más caras.

Dos pequeños tuppers de plástico. Como envases para guardar tomatitos para el pan con tomate, dientes de ajo, cebolla o queso. También los usamos como platos.

Cubiertos. Spork, tenedor y cuchara en una sola pieza de plástico.

Multiherramientas con pinza estilo Leatherman pero de marca desconocida (7 dólares). Solo usamos el cuchillo y alguna vez la pinza. Se descosió la funda y casi la pierdo. Le falta algo esencial: el sacacorchos, esa herramienta tan latina y tan poco anglosajona.

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CÓMO PREPARAR UNA MOCHILA LIVIANA: COMIDA Y BEBIDA.

Llevamos saquitos de té, café instantáneo, leche en polvo (tipo Nido, en España se consigue en las farmacias; pesa menos y dura más que el tubo de leche condensada) y azúcar (en una bolsa ziploc pequeña).

Sal, pimienta, curry y setas deshidratadas en bolsas ziploc pequeñas. Aceite de oliva en un gotero de plástico.

Pan. Por lo menos una buena baguette por día.

1 pieza de fuet, 1 pedazo de queso, o jamón, chorizo, bull, paté… calcula tener siempre un margen de comida que no tengas que cocinar, por si se alarga una etapa o tienes que acampar antes de lo que habías calculado. Para el desayuno y almuerzo comemos un bocadillo.

Frutos secos. Para matar el hambre, o añadir energía en medio del sendero: cacahuetes, almendras, pasas… las opciones son interminables. Caramelos ácidos de frutas. Chocolate… guárdalo bien adentro de la mochila si hace mucho calor.

Cena caliente estándar de 300 gramos para dos personas: calentar un litro de agua y agregar cebolla, ajo y un sobre de Sopa con fideos finos Gallina Blanca (o cualquier otra marca, entre 60 y 85 gramos). Cuando hierve agregar otros 150 gramos de fideos finos. Puedes añadirle chorizo, hongos deshidratados, cubitos de caldo, pan duro, casi lo que quieras que tengas a mano. Cinco minutos más tarde está lista la cena.

Compramos fruta en los pueblos, como pesa bastante la comíamos en el momento; y recogimos peras, ciruelas, manzanas, moras, fresas silvestres, higos, frambuesas, arándanos… Pero ¿hay que lavarlas? Creo que nunca lavamos una sola pieza de fruta que encontrásemos en la naturaleza. Y nunca hubo efectos secundarios. En Navarra recogimos castañas (las hervimos durante 15 minutos antes de consumirlas).

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CÓMO PREPARAR UNA MOCHILA LIVIANA: HIGIENE Y BAÑO.

Nos bañamos casi todos los días, y casi siempre con agua fría o helada. El que hubiera agua cerca siempre fue determinante al momento de elegir un sitio donde acampar. Por más que se sufra, hay una diferencia enorme entre meterte dentro del saco de dormir limpio (o medio limpio) y meterte cargando el sudor de otro día de caminata. Utilizamos agua de ríos, grifos, bebederos de vacas, lagos, embalses…

Llevamos un jabón pequeño, un pote de 75 ml. de champú dos en uno, un pareo para usar de toalla (uno para los dos, que además sirve para echar en el césped y hacer el picnic), cortauñas, cartucho (sin el asa) de afeitar, espuma de afeitar (tubo pequeño), condones, copa vaginal, lima de uñas, peine (los dos llevamos el pelo largo), tijera, cepillos de dientes, hilo dental, pinzas para cejas (también sacan astillas y espinas).

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Ojalá que no te pase nunca: Streptococcus Pyogenes, la bacteria comedora de carne.

CÓMO PREPARAR UNA MOCHILA LIVIANA: BOTIQUÍN MUY BÁSICO

Manta de aluminio. Sirve para mantener la temperatura del cuerpo en emergencias, y como aislante para el suelo de la tienda de campaña.

Tiritas para proteger el pie cuando sientes que puedes empezar a tener una ampolla, o para cuando ya las tengas.

Gasas estériles, puntos de sutura adhesivos, pastillas de paracetamol, ibuprofeno (anti inflamatorio), una botellita diminuta de yodo (sirve no solo para desinfectar heridas, también para purificar agua).

Vaselina. No llevamos, pero puede ser muy útil. Nos han comentado que protege los pies de las ampollas.

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OTRAS COSAS QUE DEBERÍAS LLEVAR EN TU MOCHILA.

Hilo y aguja. Con un set de coser del tipo que te dan en los hoteles o un pedacito de cartón enrrollado con varios metros de hilo negro o verde oscuro es suficiente.

Una bolsita pequeña tipo ziploc con jabón en polvo (también lavamos la ropa con jabón del cuerpo).

Imperdibles. Sirven para atar la ropa húmeda a la mochila cuando vas caminando, o para colgar la ropa recién lavada de una cuerda.

Cuerda para colgar la ropa. Llevamos varios metros de hilo encerado brasilero, que se usa para hacer artesanías y pulseras trenzadas. Son muy resistentes (los puedes atar a los árboles), apenas pesan, y cinco metros no ocupan lugar.

Para reparar. Un cordón elástico de dos metros para reemplazar correas en caso que se rompan las hebillas plásticas. Tubo de aluminio pequeño para reparar las varillas de la tienda. Tira de plástico adhesivo para reparar la tela de la tienda y cualquier cosa de tela que se rompa.

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ENCUENTRA EN ESTE ENLACE LA DESCRIPCIÓN DE TODAS LAS ETAPAS PARA CAMINAR EL SENDERO MÁS ESPECTACULAR DE LA PENÍNSULA IBÉRICA, EL GR11 PIRINEOS, DESDE EL MEDITERRÁNEO HASTA EL OCÉANO ATLANTICO.

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Pablo Rey (Buenos Aires) y Anna Callau (Barcelona) viajan por el mundo desde el año 2000 en una furgoneta Mitsubishi Delica L300 4×4 llamada La Cucaracha. En estos años veinte años de movimiento constante consiguieron un máster en el arte de sobrevivir y resolver problemas (policías corruptos y roturas de motor en el Sáhara, por ejemplo) en lugares lejanos.

Durante tres años recorrieron Oriente Próximo y África, de El Cairo a Ciudad del Cabo; estuvieron 7 años por toda Sudamérica y otros 7 años explorando casi cada rincón de América Central y Norteamérica. En el camino cruzaron el Océano Atlántico Sur en un barco de pesca, descendieron un río del Amazonas en una balsa de troncos y caminaron entre leones y elefantes armados con un cuchillo suizo.

En los últimos años comenzaron a viajar a pie (Pirineos entre el Mediterráneo y el Océano Atlántico, 2 meses) y en motocicleta (Asia) con el menor equipaje posible. Participan en ferias del libro y de viaje de todo el mundo, y dan charlas y conferencias en escuelas, universidades, museos y centros culturales. Pablo ha escrito tres libros en castellano (uno ya se consigue en inglés) y muchas historias para revistas de viaje y todo terreno como Overland Journal (Estados Unidos) y Lonely Planet (España).

¿Cuándo terminará el viaje? El viaje no termina, el viaje es la vida.

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